Compromiso Cristiano

EDITORIAL

Durante la historia humana hemos observado el cambio en el carácter de la humanidad. Este carácter que desde la creación del hombre ha sido dirigido por Dios para que el hombre viva bien. El Señor le habló a Adán, Caín, Noé, Abraham, Jacob, etc., siempre enseñando el mejor camino a seguir, la mejor actitud a ser tomada, la mejor manera de tratar con el prójimo. Dios se comprometió a Su creación desde el principio, incluso antes de haberla creado, porque todo estaba listo cuando los seres vivos llegaron a la vida.

Aunque constantemente se ha enseñado a través de la Palabra a vivir una vida correcta y santa, el hombre siempre ha desobedecido a Su Creador, en toda la historia es posible enfatizar diversas veces el desprecio del hombre por las orientaciones divinas y, en consecuencia, sufrir dolores por ello. Compromiso es cumplir con tus compromisos, honrar Su palabra, es una cuestión de carácter. Todos tenemos la necesidad de estar bien atendidos, en el hogar, en el trabajo, en el mercado, en el hospital, etc. y siguiendo el precepto bíblico de amar al prójimo como a uno mismo, uno debe ponerse en el lugar del otro para saber que a uno también le gustaría recibir el mismo cuidado. Ahí radica mi compromiso con Dios al obedecerLe.

Si me comprometo con el Creador a seguir Sus mandamientos, Sus preceptos, entonces haré Su voluntad. Se ha comprometido con el hombre hasta el final, no le falta nada, ni siquiera disciplina. Y para ser beneficiosa, necesita que usted y yo debamos comprometernos con la obra redentora del Señor, que requiere nuestro compromiso de “Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.” (Mateo 22:37-39). Es decir, mi compromiso con Dios comienza en el amor que le debo a Él, y solo a Él para adorarlo, y que no puede ser de cualquier manera, mi ser debe dar a este Dios eterno y maravilloso, mi mente, mi cuerpo, mi emoción debe ser dirigida a mi Creador.

Pero no solo eso. También, como seguidor de Cristo Jesús, estoy comprometido con mi prójimo, y este compromiso comienza en mí, ¿he sido un ejemplo? ¿He arreglado mis fallas? ¿He tenido debidamente en cuenta el amor y el cuidado de Dios por mí? Me cuido ¡En el mundo problemático en el que vivimos, podemos olvidar que también somos el templo del Espíritu Santo, y que debemos limpiar la “casa” para que llene cada “habitación” de nuestras vidas! Cuidándome a mí mismo puedo saber cómo cuidar a mi prójimo. También debemos recordar que el Señor colocó a Adán en el Jardín del Edén para ocuparse de la labranza y el mantenimiento. Es decir, la naturaleza nos fue dada con el compromiso de cuidarla.

En general, todos somos responsables por todos y por todas las cosas, Dios nos ha dado todo listo. Sé que no podemos hacer todo, pero todo lo que tenemos que hacer, hagámoslo como si fuera por nuestro propio Dios (Colosenses 3:23), hagamos de corazón y con alegría, porque un día el compromiso del Padre fue dar Su propio Hijo para que tú y yo podamos volver a Su presencia en gloria! ¡Sigamos entonces el ejemplo del Hijo que se comprometió con el Padre por amor a nosotros hasta la muerte!

Pr. Jarbas João da Silva

1 – El compromiso con Dios

2 – El compromiso consigo mismo

3 – Compromiso con el cónyuge

4 – Compromiso con la iglesia

5 – Compromiso de amor con la familia

6 – Compromiso con el prójimo

7 – Compromiso con los líderes.

8 – Compromiso con la membresía.

9 – Compromiso cristiano con las leyes

10 – Compromiso con las finanzas

11 – Compromiso con la ética moral.

12 – Compromiso con la naturaleza.

13 – Compromiso con la sociedad

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